La mala educación: ¿Se debe ayudar a los niños?

Cuando leo frases como la de María Montessori, hablando acerca de lo pernicioso de la ayuda innecesaria,  me parecen de lo más acertadas. Sin embargo, a la hora de ponerlo en practica no es tan sencillo de hacer como se podría pensar.

"Cualquier ayuda innecesaria es un obstáculo para el desarrollo"
                                   - María Montessori -


¿Qué razones tiene un niño para pedir ayuda?


Saber que siempre estarás a su lado le 
ayudará a explorar sus límites con confianza
Los niños adoran ser autónomos, les gusta marcarse objetivos y alcanzarlos por sus propios medios. Esto les hace sentirse capaces y eleva su autoestima.
Cuando un niño pide ayuda puede hacerlo por dos motivos, bien porque crea que el reto que tiene delante es demasiado complicado para él, o bien porque lo que pide es, en realidad, otra cosa.

Saber actuar, ¿Cuando ayudar?


La principal guía a la hora de prestar ayuda a un niño, debe ser siempre el propio niño. Si este pide ayuda, se la debemos dar. Cuando el reto al que se enfrenta le parece demasiado complicado, podemos ayudarle informándole de esa dificultad. Esto hará que desista hasta estar realmente preparado para afrontarlo con éxito o que lo siga intentando, a  modo de entrenamiento, desde una actitud más tolerante al fracaso. 

Si lo que pide el niño es algo para lo que sabemos positivamente que no necesita ayuda (comer solito, vestirse o andar por sus  medios, cuando tienen estas tareas dominadas), lo que debemos plantearnos es ¿Qué está pidiendo el niño en realidad? En la mayoría de los casos, ante estas situaciones lo que el pequeño nos demanda no es ni más ni menos que amor. En ese momento, el niño necesita saber que estamos ahí para él y que puede contar con nuestra atención, cercanía y apego. Nos está pidiendo que cubramos sus necesidades afectivas.


¿Por qué es importante enseñar a pedir ayuda?


Los juegos cooperativos son una excelente herramienta para 
aprender acerca de la importancia de ayudar y ser ayudados
Los humanos somos seres sociales, vivimos en comunidad y la mayoría de las cosas que hacemos serían impensables sin ayuda los unos de los otros. Sin embargo, parece que culturalmente pedir ayuda está visto como un signo de debilidad, cuando  es precisamente lo contrario. Conocernos, conocer nuestras limitaciones y saber que no es vergonzoso pedir ayuda, nos hace más fuertes ya que evita la presión que supone tener que hacer las cosas siempre por uno mismo, sin ayuda; nos hace saber delegar y, en consecuencia, ser mejores gestores, tanto de nosotros mismos como de los que nos acompañan en nuestros quehaceres diarios. Nos ayuda a ver nuestros puntos fuertes y debilidades además de a identificarlas en los otros. Nos hacemos más empáticos.

Cuando no sabemos pedir ayuda, estamos a la deriva ante la presión, sin la capacidad de saber cuando recurrir a los demás, somos más vulnerables y nos sentimos más desamparados ante el mundo. De ahí la importancia de los juegos cooperativos para nuestro desarrollo social y personal. Estos juegos son una herramienta fundamental a la hora de aprender a ayudar y ser ayudado.
Tristemente, todos conocemos casos de personas a las que no se les ha enseñado a pedir ayuda a tiempo o de la manera más adecuada, con terribles consecuencias para ellos y sus entornos cercanos. Suicidios, exclusión social, enfermedades físicas y mentales, provocadas por un exceso de presión, que podrían ser evitables, si se nos educase de forma adecuada para pedir ayuda.

¿Que provocamos cuando no se ayuda?


La única ayuda innecesaria para un niño es la 
que no nos ha pedido
Cuando un niño no es atendido en sus demandas de ayuda aprende que esta necesidad le aleja de sus seres queridos. Esto provoca un sentimiento de vulnerabilidad, vergüenza y miedo. Miedo a explorar sus límites y exponerse   a situaciones ante las que tener que volver a pedir que se le ayude. Se vuelve insensible ante las demandas de socorro de los demás, al considerarlas como un signo de debilidad. A la larga puede hacer e ellos personas menos solidarias.

No prestar ayuda a los niños cuando nos la piden expresamente les hace sentir desamparados y hace que se lo piensen dos veces antes de volver a correr riesgos que puedan suponer pedirnos ayuda, o peor, sentir desprecio hacia quien se la pida a ellos. Saber que estamos ahí les da la seguridad necesaria para poder explorar sus capacidades.

Entonces, ¿Cuál es la ayuda innecesaria?


La ayuda innecesaria hacia los niños, es aquella que no se ha pedido. Como en otras muchas cuestiones relacionadas con la educación y la crianza la mejor manera de actuar frente a las peticiones de ayuda es seguir la máxima: No ofrecer, no negar.

Y tú, ¿Ayudas? No te olvides de dar a compartir o dejar algún comentario, si te ha gustado ;)

Si quieres mantenerte al tanto de todo lo que hacemos en ShikbaKids no te olvides de suscribirte a nuestro boletín, dar a "me gusta" en nuestra fanpage y seguirnos en twiter.







4 comentarios:

  1. Existen muchas formas de ayudar. Lo que recomendia la Doctora Montessori no es abandonar al ninio, sino ayudarlo a que lo pueda logar el mismo. Esto es una diferencia sumamente importante, que no se ve cuando se toma una sola frase fuera de contexto.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias por tu comentario Andy. Es cierto lo que dices,la Doctora Montessori defendía que había que ayudar a los niños a hacer las cosas por ellos mismos. El problema surge cuando se toma con excesiva literalidad y encontramos casos en los que se desatienden las necesidades emocionales del niño por defender esta postura, de forma mal entendida.

      Eliminar
  2. Me quedo con las peticiones veladas de ayuda. Esas son las que realmente importan y en las que realmente creo que los padres andan más desorientados.

    Muchos de ellos cuando me preguntan a cerca de esto me dicen "es que lo hace solo y me pide que le ayude, ¡en realidad me quiere tomar el pelo!" y entonces les explico que lo que el niño le está pidiendo realmente es apoyo, amor, que esté ahí simplemente y comienzan a surgir dudas interiores y cambios preciosos. Los padres han crecido pensando que los niños vienen a tomarnos el pelo pero no es así. Enseñarles a ver lo que hay detrás es descubrirles un mundo de amor que no conocen

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias por tu comentario Irene Álvarez, realmente vivimos en un tiempo en que el temor a la infancia está tan extendido que a veces nos cuesta ver qué hay detrás de lo que nos piden los niños. Me alegra saber que hay gente como tu, capaz de ayudarles a descubrir ese mundo de amor desconocido.

      Eliminar