El pequeño niño monstruo

Hace unos días, nos llegó este pequeño corto titulado "El pequeño niño monstruo". Naturalmente, con ese nombre, nos llamó la atención de inmediato. Al verlo, empezamos a reflexionar sobre lo peligrosas que son las etiquetas.


Las etiquetas pueden llegar a condicionar nuestra manera de actuar. Recuerdo una anécdota sobre alguien a quien, siendo niño, habían encontrado mirando en un cajón. La persona que lo encontró lo llamó ladrón y el pequeño creció pensando que lo era. Tardó muchos años en ser consciente de que tan sólo era un niño, como cualquier otro, intentando satisfacer su natural curiosidad. Otros no tienen tanta suerte y no consiguen romper el yugo de las etiquetas nunca. 

Lo peor de esto, no es sólo que a quienes etiquetamos condicionen su conducta, sino que nosotros mismos, nos negamos la posibilidad de mirar más allá y ver todo el potencial que pueden albergar (como ocurre con el padre del niño en el corto)

Thomas Alva Edison fue etiquetado en la escuela como "alumno estéril improductivo". Su madre, lejos de caer en la tentación de asumir lo que los maestros de su hijo le decían, decidió sacarlo del colegio y educarlo en casa. El resultado de aquella decisión fue que aquel, supuestamente, poco dotado niño se convirtiera en uno de los mayores y más prolíficos inventores de todos los tiempos.

Edison patentó más de 1000 inventos a lo largo de su vida

Por supuesto que no creemos que la solución al fracaso escolar sea sacar a todos los niños de la escuela, pero las cosas irían mucho mejor si confiásemos más en la infancia y en su enorme potencial, que si nos conformamos con las etiquetas de vago o poco inteligente que encontramos habitualmente. En vez de eso, tendríamos que hablar de niños desmotivados, aburridos, poco o mal estimulados,... La responsabilidad del fracaso de la educación nunca debería recaer sobre los niños. 

De las 9 inteligencias de la teoría de Gardner
en la escuela sólo tienen peso 3.
Pretender que a todos los niños se les den bien las mismas cosas es absurdo, y calificar de fracaso a alguien por no destacar en ciencias, matemáticas o lengua es un tremendo error. Según la Teoría de las Inteligencias Múltiples de Howard Gardner, existen en cada uno de nosotros hasta nueve "inteligencias" o capacidades. De estas, podemos tener un par o tres desarrolladas por encima de las demás. Entonces, ¿Qué sería de la humanidad si sólo "sirviesen" las personas que poseen las habilidades evaluadas en las escuelas? Probablemente que no tendríamos poetas, músicos, bailarines, filósofos, arquitectos, inventores, psicólogos, etc. La humanidad no se parecería en nada a la actual. ¿A cuántas personas conocemos que destacaban enormemente en la escuela pero que en su vida adulta son subordinados de otras con peores resultados? Esto es así porque en la vida, se valoran más aspectos que el académico a la hora de elegir a alguien para desarrollar una labor profesional. 

Así que, la próxima vez que te presenten a alguien, olvida las etiquetas e intenta ver más allá, os enriquecerá a los dos.

¿Que te ha parecido, habías pensado alguna vez en los efectos de etiquetar a los demás?, ¿Has sufrido el peso de las etiquetas que te pusieron en casa o la escuela?, ¿Has caído en la tentación de etiquetar a alguien y luego te arrepentiste?






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