3 Razones por las que no mentimos a nuestros hijos, nunca |
1. Ser un buen ejemplo para ellos: Si queremos que nuestros hijos sean honestos y no digan mentiras nada mejor que no mentirles a ellos. Pensamos que en la tarea de educar, arrastra mucho más el ejemplo que las palabras. Esto no significa que nos convirtamos en santos pero si que, poco a poco, debemos tomar conciencia de nuestros defectos y, en la medida de lo posible, tratar de corregirlos. Eso de "yo es que soy muy gritón" o es que "yo soy así" está muy bien por lo que auto crítica tiene pero nunca nos hemos de conformar y al educar podemos aprovechar para "educarnos" también a nosotros mismos. A fin de cuentas, si no lo intentamos, ¿cómo podemos exigir a un niño que no lo haga?
2. Ser referente de honestidad: En la vida nuestros hijos recibirán información e influencias de muchos sitios: noticias, los amigos, la escuela, los políticos,... A veces no sabrán en quién pueden o no confiar. Queremos que, pese al tiempo y pase lo que pase, siempre sientan que lo que les decimos (que podrá ser más o menos aceptado y mejor o peor recibido por ellos) es cierto. Y sobre todo, que pueden confiar absolutamente en nosotros. Cuando son pequeños esta confianza es automática pero en otras etapas de su vida, más críticas como la adolescencia, creemos que haber sentado unas buenas bases en nuestra relación con ellos es fundamental.
3. Confiar en ellos: Tener seguridad en su capacidad para entender las cosas, si se las explicamos con paciencia y adecuándonos a su nivel, hace que nuestra relación con los niños sea mucho más justa. Además, pensamos que este voto de confianza hacia ellos favorece su autoestima y su sentido de la responsabilidad.
¿Qué pasa con las mentiras piadosas? Algunas de estas mentiras como las típicas de "no te va a doler" a la hora de ponerse la vacuna o la de "tómatelo que está muy rico" ante la ingesta de un medicamento pueden hacernos la vida más sencilla en un momento dado pero a la larga terminan minado la confianza de los pequeños hacia nosotros.
¿No se pueden gastar bromas? Pues hombre, el sentido del humor es fundamental en la vida y así tratamos de trasmitirlo a nuestros hijos. Las bromas son parte de esto y son perfectamente compatibles con un "estilo de vida honesto" aunque estén acompañadas de una historia fantástica para "hacer caer en ellas". Eso sí, intentamos hacerles entender que se trata de una ficción para un fin jocoso.
¿Y qué hay de las tradiciones y las fantasías? Este es el tema más peliagudo. En nuestro caso somos absolutamente honestos, no nos visitan Reyes Magos, Papás Noeles, Hombres del saco ni Ratones o Hadas con un gran amor por los dientes de leche. Esto es así porque somos terribles contando mentiras y, aparte de pillarnos a la primera, nos sentiríamos incómodos ante las frecuentes preguntas que surgen alrededor de estos temas. Sin embargo tenemos nuestras propias tradiciones y recibimos regalos en Navidad, jugamos a "Papá Noel" y nos divertimos en familia intentando conciliar nuestras creencias en materia educativa con las tradiciones familiares. Además, tratamos de explicar a nuestros hijos que en cada familia existen diferentes tradiciones y que todas son igual de hermosas y especiales.
Como anécdota, en montessori se está en contra de las historias fantásticas y los cuentos de hadas (al menos en el caso de los niños pequeños). Se supone que estas cosas hacen que ellos no aprecien la inmensidad de la magia de la naturaleza y esto, a su vez, mine su curiosidad científica. Nosotros en casa siempre hemos usado estos recursos pero distinguiendo lo que es real de lo que es "de fantasía". Nuestros peques, al menos, nunca han tenido problemas a la hora de distinguir lo uno de lo otro.
¿Qué te parece?, ¿Cómo abordáis vosotros la mentira en el día a día?, ¿Te ha sido de utilidad?, No te olvides de dar a compartir o dejar algún comentario, si te ha gustado ;)
Con un bebé de 11 meses aún no he definido completamente el modo en el que lo abordaré. Sin embargo estoy seguro de que intentaré no crearle una expectativa fantástica previsora de una desilución futura. Habrá regalos, pero habrá padres creativos, diversión y mucha ilusión, pero nunca generando falsas expectativas. Saludos y gracias por tu aporte!
ResponderEliminarCon un bebé de 11 meses aún no he definido completamente el modo en el que lo abordaré. Sin embargo estoy seguro de que intentaré no crearle una expectativa fantástica previsora de una desilución futura. Habrá regalos, pero habrá padres creativos, diversión y mucha ilusión, pero nunca generando falsas expectativas. Saludos y gracias por tu aporte!
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